NUESTRA SELECCIÓN DE VINOS

MILÉNICO

Mil años antes, las laderas donde hoy nace Milénico se perdían y ganaban. El río Duero era entonces frontera de dos mundos. Socastillo es una de las empinadas laderas donde Milénico vive hoy su infancia y que rememora la antigua fortaleza de frontera situada en su alto, de la que hoy solo queda el recuerdo de tiempos pasados y unas vistas plenas de quietud.

Las otras laderas, en la margen derecha del Duero, la mayoría a escasos cientos de metros del río tienen como nombres topónimos que hacen referencia bien a las cuestas, como Solapeña, debajo de cuesta aislada, bien a los caminos de toda la vida, como Carraroa, en el camino a Roa.

Son terrenos pobres, en gran medida procedentes de la escorrentía de las empinadas cuestas que bordean el valle del Duero y que lo comunican con las tierras del páramo, a altitudes entre los 750 y los 800 m. Son tierras bien ventiladas y con una importante insolación, lo que permite de forma natural unas condiciones óptimas de salubridad para la planta y de maduración para la uva. En el momento de la vendimia, la uva Tempranillo se presenta madura y muy sana, lo que permite siempre alcanzar un óptimo de maduración.
 

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VALDEPILA

Valdepila es el nombre de un pequeño valle que baja de los páramos situados a más de 900 metros de altitud hasta el valle del río Duero a 750 metros de altitud. Mil años atrás fue morada de eremitas por su paz, quietud y aislamiento. Todavía hoy uno puede sentir la atracción de esa quietud presente en aquellas tierras.

En un pasado no muy lejano, pero ya en el siglo pasado, las viñas dominaban el paisaje. Con el paso del tiempo y la despoblación del territorio, las laderas se fueron quedando yermas.

Hoy nuestras viñas van recobrando sus antiguos dominios y van reconquistando terrenos a distintas altitudes en varias direcciones del valle.

Nuestro padre cuenta como antaño la vendimia allí era sinónimo de temblor de piernas, con la uva a hombros ladera abajo. También recuerda como metafóricamente se decía que aquello más que vino era ron, algo que sin duda tenía que ver con que nuestro abuelo era cubano de nacimiento.

Valdepila es una selección de las mejores uvas de viñedos propios de este paraje fruto de un cultivo cuidadoso y una producción dirigida hacia las pequeñas series muy seleccionadas.

Las plantas son de la variedad Tempranillo, con un marco de plantación de 2.200 plantas por hectárea y con rendimientos que oscilan entre los 3.000 y los 3.500 kg por ha en las áreas que utilizamos para la producción de este vino.
 

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