La iglesia, muy grande en términos relativos para el tamaño del pueblo, nos da indicios de una riqueza pasada, muy probablemente asociada al vino.
La filoxera llegó a la Ribera del Duero en 1904 y San Martín de Rubiales tristemente fue el primer pueblo donde se detectó. La población del pueblo que entonces rondaba los 1.000 habitantes sufrió una caída del entorno del 15% en los 15 años siguientes. La filoxera se saldó con una fuerte emigración en el pueblo, mucho más fuerte que en pueblos cercanos como Roa de Duero, lo que da idea del impacto de la plaga en el pueblo. Hasta entonces, gran parte de las laderas que conectan el valle con los páramos, además de buena parte de los páramos, estaban cubiertos de viñas y almendros.
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La viña volvió a recuperarse en parte y los mayores nos cuentan que hasta mediados del siglo pasado, cuando llega el regadío al valle y las nuevas tecnologías, la viña ocupaba buena parte de los terrenos del valle, laderas y páramo de la margen derecha del río. Poco a poco fueron perdiendo terreno frente a otros cultivos quedando al final pequeños reductos, casi siempre en las laderas que bordean el valle.
En las últimas décadas, las viñas están reconquistando de nuevo las zonas que tradicionalmente habían sido su territorio, dando inicio a una nueva etapa histórica.
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